domingo, 2 de noviembre de 2014

Video del Poema Tu No Has Muerto





Poema Tu No Has Muerto (Madre)





Tu No Has Muerto

Dr. Gonzalo Baez Camargo

Madre, madre, yo sé que tu no has muerto
y que en aquella tarde me engañaron
cuando la negra caja se llevaron
y nuestro humilde hogar quedó desierto.

¿Qué estabas muy enferma? Sí, ¿Qué un día,
por mucho que trataron de alejarme,
logré entre cortinas ocultarme
y ver cuando empezaba tu agonía?

Sí, lo recuerdo bien, tu frente pura,
tus entreabiertos labios, tu mirada
comenzando a apagarse, más clavada
con insistencia mística en la altura.

Invadía un pavor desconocido 
mi espíritu infantil…Luego, me vieron
y me echaron de ahí. ¡Qué crueles fueron!
¡Nunca habrán aquel crimen comprendido!

Hoy que el tiempo ha pasado, ¡cómo siento
no haber podido recoger de hinojos
tu mirada postrera con mis ojos
y con mis labios tu postrer aliento!

Tal vez, próxima al fin, con voz quedita 
me llamaste queriendo despedirte,
y yo no estaba ahí para decirte:
¡No te vayas tan pronto, mamacita!

Cuando me permitieron el regreso
me acerqué al ataúd en que yacías.
Te iba a besar…mas viendo que dormías
detuve entre mis labios aquel beso.

Es verdad que instintiva la conciencia 
de mi orfandad se despertó entre tanto 
y que se resolvió en un mar de llanto 
el primer gran dolor de mi existencia.

Y también es verdad que algo muy raro 
me abrió en el corazón sangrante herida:
el dolor de una eterna despedida, 
la hiel de un infinito desamparo.

Pero al mirar tu caja aun abierta,
una voz interior me daba calma,
y me nació en lo intimo de mi alma
la convicción de que no estabas muerta.

Luego el cortejo, aquel, largo y sombrío......
la caja en hombros...... el panteón...... la fosa......
y en el fondo del ser una angustiosa,
una indecible sensación de frío.

Muchos lloraban en silencio cuando
la caja descendió a la sepultura.
Yo no lloré. ¡Me pareció impostura
el decir que te estaban enterrando!

Es muy cierto, muy cierto que te fuiste;
que aquel hogar risueño de mi infancia
donde eras tú la luz y la fragancia
al volver me lo hallé vacío y triste…

Y con todo yo sé que no fue cierto
que en aquel ataúd te sepultaron.
Yo sé madre, muy bien que me engañaron
y que tú no te has muerto…¡No te has muerto!

Calco tu imagen por doquier que miro,
con dulce y melancolica insistencia,
es que impregna mi amor de tu presencia 
cada átomo del aire que respiro!

Me trae tu voz el cefiro que tiende 
sobre el jardin sus alas rumorosas,
y bajo las pestañas luminosas
de las estrellas, tu mirar esplende.

Yo sé que vienes, cariñosa y buena,
a consolarme cuando estoy enfermo,
cuando estoy triste a compartir mi pena
y a acariciar mi frente cuando duermo.

-¿En donde estás?-exclamo cuando ansío
rasgar el velo cruel que te me esconde.
y oigo tu amante voz que me responde:
-¡Aquí en tu corazón, hijito mío!

¿Aquí en mi corazón! ¿Ves cómo es cierto
que aquella tarde triste me engañaron
y que mentira fue que te enterraron?
¡Madre, madre! ¿Ya ves cómo no has muerto?

Viva estas para mi, porque encendido
como inextinta lampara fulgente,
tu recuerdo no pasa de mi mente:
La muerte verdadera es el olvido!

Viva estás para mí. Ni una ceniza
cubre el sagrado fuego en que me inflamo.
Viva estás para mí, porque te amo,
y el amor, ¡a los muertos eterniza!

Y pues mi amor le impide retenerte,
en el sepulcro aquel no estas cautiva.
El amor es mas fuerte que la muerte!           
Tú nunca has de morir mientras yo viva.